Por Jennifer Zubizarreta / Transcripción: LYM Social.
Cafetalex es un negocio familiar que cumple 4 años. Dirigido por Yessie Arlet Guridi Luejes y su esposo, este emprendimiento se erige en el reparto Kholy en Playa, La Habana.
Es un restaurante de comida fusión que cuida cada detalle, desde la presentación del plato y hasta el entorno, acogedor y marcado por la atención exquisita de un equipo comprometido y preparado. Su aceptación es tal que han crecido hasta extenderse en un nuevo espacio llamado Mokalex, inspirados en la marca Moka, la cafetera más usada en Cuba y ambientado al Estilo de la emblemática serie F.R.I.E.N.D.S.
En compañía de un cafecito Conde (contiene leche condensada, café y espuma de café) encontramos el equilibrio perfecto para iniciar esta conversación que habla de su historia, del futuro y de lo que entraña ser una mujer emprendedora en la Cuba actual:
¿A qué se debe el nombre de los proyectos?
A todo el mundo le causa curiosidad la terminación de cada nombre, o sea por qué la x del final, y se debe a que yo quería una fusión entre el café y el nombre de dos personas que adoro que son mi esposo y mi hijo, que ambos se llaman Alejandro. Entonces encontré esta combinación, pero no quería que fuera cafetales de un cafetal en sí, sino que darle un toque especial, por eso es la X.
Cafetalex, en su concepto es un espacio familiar. Nuestra idea es que las personas vengan a vivir una experiencia, que no sea solamente de comer, de disfrutar un trago o un café, sino de pasarla bien con los amigos, con la familia. De sentir que pueden venir con su abuelita a celebrar un cumpleaños, con un niño pequeño, aunque no tengamos tal vez un espacio dedicado a los niños como un parquecito o algo temático para ellos, pero que sientan que también son bienvenidos.
La idea es que las personas estén como en su casa, con un trato informal pero cálido de los trabajadores hacia todos los clientes y también de nosotros.
¿Y cómo ha sido esa vibra que despierta la propia comunidad?
La comunidad de Cafetalex es impresionante, es muy linda y creo que es lo que nos ha hecho sobrevivir en estos 4 años, donde pasamos por una pandemia, y otras situaciones. Tenemos clientes que están con nosotros desde que abrimos, clientes que son familia, que son amigos. Personas que comenzaron a ser clientes y que, a partir de la experiencia, con el trato que reciben, la familiaridad que se percibe se han convertido en amigos.
Amigos que participan en nuestros eventos con todo el cariño del mundo. Son amigos que se sienten protagonistas y eso es muy bonito, saber que hay un llamado de cualquier cosa y que podemos contar con la gente que te ha hecho vivir.
En redes la comunidad es extremadamente activa, son los que comentan, comparten y recomiendan a otros amigos. También nos donan cosas, por ejemplo, el teléfono es una donación de una cliente, nos regalan cosas para la decoración del local. Eso nos encanta, porque es la muestra de cuan partícipes se sienten. Ahí creo que está el éxito, y mejores logros de Cafetalex, que no ha sido solamente crear un sello en la comida, en el café que es tan degustado aquí, sino un sello en el corazón de las personas.
¿Cómo ha sido para ti el proceso de simultanear la maternidad con el emprendimiento?
Es muy difícil, siempre comento que el papel de la mujer emprendedora si además le sumas que es madre es complicado. Tengo un niño de 10 años, que a veces no puedo dedicarle todo el tiempo que él necesita porque estamos envueltos en todo esto. Porque hay que estar presente en el negocio para generar esa misma calidad con el cliente, para identificar algún fallo, porque todos los días no son iguales, y hay que estar para poder solucionar cualquier escenario y que el cliente salga satisfecho a pesar de la situación que se pueda dar en el servicio.
Para poder hacer eso tengo que dejar de lado a veces la crianza del niño. Por suerte tengo a mi papá que es una persona espectacular que se encarga de todo, ellos se dicen el uno al otro “mi sombra”. Mi papa tiene 75 años y mi niño 10 pero encuentran un punto de equilibrio en el que parece que los dos tienen la misma edad, hacen las mismas actividades, y yo estoy extremadamente agradecida, pero es muy difícil. Muchas veces en mis espacios de soledad me cuestiono muchas cosas porque a veces no podemos llevarlo todo.
Mi esposo que es el otro dueño, y es el encargado de todas las maravillas que salen de la cocina es un apoyo fundamental. Nosotros tenemos aquí bastante bien definidos los roles, decimos que él es el corazón de Cafetalex, los muchachos dicen que yo soy el alma de Cafetalex, y Fide nuestro brazo derecho que es la columna vertebral, y por supuesto los muchachos que sin ellos no sería lo mismo.
Ellos deben entender el concepto de Cafetalex, para que puedan transmitírselo a los clientes, que ganen sentido de pertenencia, que no solo trabajen por la remuneración, sino trabajar con con amor y respeto al cliente y eso muchas veces es difícil de congeniar en general pero que se puede lograr y ese es el secreto del éxito de Cafetalex.
Háblame de Mokalex ¿Cuál es su concepto?
Mokalex viene por otra onda, es un concepto diferente. El servicio es más rápido, la comida más ligera, centrado en pizzas, entrepanes, cafés. Por cierto, hay un café que te va a encantar que se llama el “Corazón de mi ex”, es una delicia, es un café frío como el corazón de tu ex, pero delicioso que ha tenido muchísima aceptación.
También está el “Moka Friends” que es un capuchino con helado, dedicado a la temática que tenemos en uno de los espacios del lugar que se ambienta al estilo de la gustada serie norteamericana de los años 90, que marcó una tendencia en cuanto a las reuniones de amigos, que le dio un concepto al café y creó una cultura asociada a ella.
Tenemos una comunidad muy joven y que nos tienen como lugar de cita, por eso rara vez tenemos mesas pequeñas. Por lo general nuestras mesas son de 5 o 6 jóvenes que van a conversar, a tomarse su cafecito, a comer algo. Es muy simpático porque en el espacio que tenemos dedicado a la serie tenemos una recreación del set y los clientes van, se sientas y se toman una foto.
Por eso estoy muy contenta con Mokalex, a pesar de que los esfuerzos se duplican, porque si antes todo era en función de Cafetalex ahora tenemos que dividirnos y es difícil.
Algún proyecto que sea similar a los tuyos con los que puedas hacer alianzas futuras.
Tengo amigas, mujeres, madres también, que he conocido entorno a este proceso y que hemos colaborado en algún momento. Por ejemplo, Celia que tiene un salón, es madre y trabajadora del propio salón, y tiene un empeño maravilloso, está ahí levantándose temprano todos los días, atendiendo personalmente a sus clientas.
Tengo a Yanedis también que tiene una guardería espectacular, con un amor a los niños fascinante, que además está llamando a otros proyectos para llevar sus niños a otros proyectos. Con ella hemos colaborado enseñando a los niños a hacer cosas de la cocina, como hacer croquetas.
También tengo a una amiga que tiene una peluquería, Kasandra, que ha pasado por todas las etapas, que incluso yo en 4 años no he pasado y ha sobrevivido en su salón Kché tiene muchísimo prestigio.
Me gusta buscar alianzas, creo que las mujeres emprendedoras en este momento tenemos que ayudarnos, no por ser mujeres o ponernos un cartel feminista ni nada por el estilo, sino porque son tiempos muy difíciles para cualquiera. Por eso si podemos crear una comunidad, unirnos, colaborar, ayudarnos, recomendarnos, asistir a sus propios negocios como clientas. Sentir que tienes el apoyo de una amiga también emprendedora, es genial.
Si podemos ampliar ese abanico de apoyo, esa red de ayuda creo que funcionaríamos muchísimo mejor. Creo que todas las mujeres que pudieran sentirse culpables por no poder atender a su niño el tiempo que necesita, porque quizás no puede llevar el matrimonio las 24h, atender al esposo con todos estos roles sociales que venimos cargando. En buen cubano, “echar pa lante”.
Retos
Muchos, muchos. Hemos tenido que echar pa´ lante con todo, una COVID que fue arrolladora, que se lo sintió todo el país, y se sintió en todo emprendimiento que no estuviera establecido, de hecho, muchos no lo lograron. Después de eso, enfrentarnos a un proceso migratorio que está siendo bien complicado, en algún momento Cafetalex quedó con el 50% de los clientes y de los trabajadores. Eso supone volver a hacer una clientela, fidelizarlos, pero es también entrenar un nuevo personal laboral, que no sabe cómo funciona tu negocio.
Yo siempre digo que en Cafetalex no necesito cocineros o dependientes profesionales, yo necesito buenas personas, que entiendan el concepto de que el cliente es prioridad, que hay que generar una empatía con ellos, y una armonía laboral entre todos. Y esos a veces puede ser complicado.
Hemos tenido que reinventarnos. Por ejemplo, hemos hecho panes, hicimos servicio a domicilio, que yo no quería hacer y que tenía establecido que no haría. Es un servicio que no me gusta, porque no me gusta que el plato demore en llegar al cliente, porque no puedo saber la opinión de ellos, porque a lo mejor hay una situación que no puedo resolver en el momento. Hicimos bolsas con pasteles, tartas de carnes, dulces, o sea hicimos de todo para sobrevivir a la cuarentena.
Ahora tenemos el tema de abastecimiento que no podemos obviarlo, no tener un lugar donde podamos comprar todo lo que necesitamos como emprendimientos.
¿Tu café preferido?
Yo tengo mi ritual mañanero, que sin eso no soy persona, que es un café cortao, que aquí se llama Suturado, que es básicamente, café y leche. Ese es el que yo me tomo para despertar, pero mi café preferido es el café mambí, y es el rey de la casa porque creo que es un café de la nostalgia, de la abuelita, del recuerdo, quizás de la primera vez que tomaste una tacita, el que te comías con pan, de la vez que fuiste al campo, si naciste en él. Actualmente tomo más este porque la vida es más agitada de lo que queremos, pero si tuviera ese tiempo el cafecito mambí no me faltaría en mis mañanas.
Y en el resto del día me tomo unas 4 tasas o más y es lo que nos mantiene activos. Es lo que nos ha hecho sobrevivir en Cafetalex, dormimos poco, porque siempre hay cosas que hacer, hay que madrugar y dar el máximo. Yo no soy madrugadora pero bueno por suerte mi esposo sí.
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