En medio de las dinámicas cotidianas de Alamar, uno de los barrios más emblemáticos del este de La Habana, florece un emprendimiento que combina fe, familia y sostenibilidad. Se trata de Maná Cosmética, una iniciativa liderada por las hermanas Aixa y Dalgis García Jiménez, dedicada a la producción y comercialización de cosméticos 100% orgánicos. Lo que comenzó como un pequeño puesto improvisado en la calle, ha evolucionado hasta convertirse en un negocio con identidad propia, compromiso social y una visión clara de crecimiento desde lo natural y lo humano.
Durante el evento LYM+Contando Experiencias, celebrado el pasado viernes 25 de abril en el espacio G310 del Vedado bajo el inspirador lema “Fluir al Éxito”, las fundadoras compartieron su historia, aprendizajes, retos y valores. Más que una marca, Maná Cosmética se presenta como un proyecto con propósito, donde cada producto es una extensión del amor familiar, la fe cristiana y la necesidad de generar bienestar auténtico en su comunidad.
A continuación, conversamos con sus creadoras sobre el origen, el alma y el impacto de este emprendimiento que apuesta por lo artesanal, lo natural y lo esencial.
¿Cuál fue el punto de partida para la creación de Maná Cosmética y qué historia hay detrás de ese nombre?
El punto de partida de Maná Cosmética nació del deseo de dos hermanas de emprender juntas, con la convicción de ofrecer productos naturales que realmente ayuden a las personas. No fue un camino fácil: comenzamos con una pequeña mesa en la calle, enfrentando muchos tropiezos y cambios de lugar, pero con perseverancia y fe fuimos creciendo hasta tener hoy nuestro kiosko en una ubicación céntrica y acogedora.
El nombre «Maná» tiene un profundo significado para nosotras: somos cristianas y creemos que el maná fue el sustento que Dios dio al pueblo en el desierto, así como este proyecto ha sido un regalo y una bendición para nuestra familia. Además, es un homenaje a nuestra madre, quien años atrás tuvo un pequeño negocio con el mismo nombre.
¿Qué las hace diferentes de otros emprendimientos de esta índole?
Maná Cosmética no es solo un negocio, es un proyecto familiar con alma. Nos diferencia el profundo compromiso social que tenemos con nuestra comunidad: ayudamos a personas mayores o sin recursos con productos gratuitos cuando lo necesitan, ofrecemos precios accesibles sin sacrificar la calidad, y tenemos un fuerte enfoque en la economía circular con un plan para comprar pomos reciclados a personas de bajos recursos. Todo esto lo hacemos desde una visión cristiana y solidaria, poniendo amor y propósito en cada fórmula que elaboramos.
¿Qué importancia le atribuyen al uso de la cosmética 100% orgánica?
Para nosotras, la cosmética 100% orgánica es fundamental porque creemos que lo natural es lo que verdaderamente sana, protege y nutre. Nuestros productos están libres de químicos agresivos y están hechos con ingredientes nobles, respetuosos con la piel y con el medio ambiente. Usar cosmética orgánica es una forma de cuidar el cuerpo, pero también de honrar la creación y promover un estilo de vida más consciente y saludable.
¿Qué emociones o experiencias quieren que vivan sus clientes con sus productos?
Queremos que cada persona que use nuestros productos sienta alivio, bienestar y confianza. Que experimenten un momento de cuidado personal y se sientan importantes, especialmente quienes muchas veces son olvidados, como los ancianos. También buscamos que nuestras clientas se reconecten con lo natural, con su piel y con su esencia. Que se lleven no solo un producto, sino una experiencia de amor, fe y esperanza.



¿Cómo es el perfil de las personas que mayormente solicitan sus productos?
Nuestros principales clientes son madres de familia que buscan soluciones naturales y seguras para sus hijos, mujeres amas de casa preocupadas por el cuidado personal, y adultos mayores que necesitan tratamientos accesibles y eficaces para problemas como la escabiosis o las manchas. Son personas que valoran lo hecho con amor, lo artesanal, y que confían en la calidad de lo natural.
¿Qué herramientas obtuvieron en el evento del viernes 25 de abril titulado “Emprende con Fuerza, Conecta con Éxito”?
Ese evento fue una gran inspiración para nosotras. Aprendimos sobre cómo fortalecer nuestra marca, cómo conectar de forma más efectiva con nuestros clientes y la importancia de contar nuestra historia con autenticidad. También nos motivó a seguir profesionalizando nuestro negocio y a valorar más todo lo que hemos logrado hasta ahora como emprendedoras y como familia.
¿Qué mensaje enviarían a quienes están dando sus primeros pasos en el complejo mundo del emprendimiento?
Nuestro mensaje es claro: no se rindan. Emprender no es fácil, pero es profundamente gratificante. Comenzamos con lo mínimo, muchas veces sin saber si al día siguiente venderíamos algo, pero con fe, perseverancia y apoyo familiar, todo fue tomando forma. Si crees en tu idea, si la haces con amor y piensas en cómo puedes servir a otros, tarde o temprano verás frutos. No esperes tener todo resuelto para empezar. Empieza con lo que tienes y hazlo con todo tu corazón.
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